Estocolmo día 2: Ayuntamiento, Palacio Real y Midsommar

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Desayuno sueco

Este día iba a ser uno de los más especiales del viaje porque era la víspera de Midsommar, la fiesta de solsticio de verano. Pero no adelantemos acontecimientos, primero venía la parte favorita de Mr. Knook, probar la comida típica, en este caso, el desayuno sueco.
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Una de las cosas más típicas son las tostadas de fiambres fríos con diferentes panes. Pero sin duda mi combinación favorita era el arenque con mostaza sobre tostada de centeno crujiente, ¡delicioso!. Al principio el sabor es muy fuerte, pero luego te acostumbras y quieres más xDDD También había kaviar (huevas) de bacalao, aunque muy salado para mi. Y por supuesto no perdonan el dulce, aunque más en el fika que en el desayuno. Nosotros pudimos probar los gofres y los conocidísimos rollitos de canela, que se podían encontrar por todas partes.
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Ayuntamiento de Estocolmo

La primera visita del día fue al Ayuntamiento de Estocolmo (Stadhuset) en la isla de Kungsholmen. Habíamos decidido apuntarnos a la visita guiada en castellano a las 10:00 [Tip: El Ayuntamiento sólo se puede visitar en tour guiado público o privado. Hay tours en inglés durante todo el año cada media hora y en verano en español a determinadas horas.]. Como teníamos tiempo fuimos tranquilamente andando y sacando fotos del exterior. Una de las características de la ciudad es que está construida sobre islotes, con lo que el agua es un elemento más de la belleza de Estocolmo.
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Ayuntamiento de Estocolmo con la torre a la izquierda
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A mi no me decía nada por fuera, pero la cosa cambió cuando llegamos a los jardines, y es que el edificio se encuentra en al borde del agua, y la parte que daba a ese lado nos recordaba mucho al Palacio Ducal de Venecia, que nos había encantado. Efectivamente, la intención del arquitecto era la de simular un palacio renacentista italiano.
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Jardines del Ayuntamiento y vistas de Gamla Stan
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A la hora prevista nos reunimos en el Salón Azul para encontrarnos con nuestra guía, que al igual que las demás estaba ataviada con la corona típica del Midsommar (más sobre esto más adelante).
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Las guías con coronas de Midsommar
El ayuntamiento se construyó a principios del siglo XX, y comenzamos la visita por el anteriormente mencionado Salón Azul, que como se puede ver en las fotos, no es azul. Si que iba a serlo originalmente, porque se pretendía pintar de azul las paredes para simular el cielo. Finalmente se quedó el ladrillo rojo típico de la región. Es en este salón donde tiene lugar el banquete tras la ceremonia de entrega de los Premios Nobel, que se entregan en la Sala de Conciertos (a excepción del Nobel de la Paz, que se entrega en Oslo, Noruega).
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Tras subir por la escalera vemos la Sala del Consejo, donde nos recalcan que la presidenta es una mujer y que hay paridad en el gobierno. Este tipo de comentarios fueron constantes en todas las visitas que hicimos, sin duda un motivo de orgullo para los holmienses es haber conseguido la igualdad en muchos asuntos que a nosotros aún nos quedan muy lejanos. Por ejemplo, el permiso de maternidad. Sin título Lo característico de esta sala era la pintura y el artesonado del techo, que representan una barca vikinga del revés, ya que era donde este antiguo pueblo se sentaban a deliberar.
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Posteriormente se accede a la Galería del Príncipe, que se usa para recepciones municipales y se trata de una sala alargada con ventanas que dan hacia el lago Mälaren de un lado, y del otro una pintura mural con esas mismas vistas pintado por el príncipe Eugenio.
Sin título Pero sin duda la joya de la visita es el Salón Dorado, realizado en mosaicos de vidrio y oro y donde se celebra el baile tras el banquete de los Premios Nobel. Nos quedamos impactados por esta sala, era espectacular mirases donde mirases y las fotos, definitivamente, no le hacen justicia.Sin título Sin título Sin título
El mural del fondo "La Reina de Mälaren" representa a la propia Estocolmo, a un lado tiene el mundo occidental y en el otro el oriental, mientras que ella se haya en el centro del mundo.
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En la pared opuesta hay un mosaico de San Jorge pero sin cabeza, supuestamente por un error de cálculo en la colocación de las piezas del mosaico, que justificaron diciendo que como murió decapitado, había sido a propósito.
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Después decidimos visitar la Torre, coronada por el Tre Kronor o las Tres Coronas, el símbolo de Suecia que adorna también los escudos del país. Para poder subir y como hay muy poco espacio en lo alto sólo puede entrar un número determinado de gente. Es decir, hay un cupo de personas para cada hora. Cuando salimos de la visita del ayuntamiento nos acercamos a buscar la entrada, pero el cupo ya se había agotado hasta por la tarde, y no nos compensaba esperar porque perdíamos de ver otras cosas. Decidimos dejarlo para otro día, ya que tiene un horario bastante amplio y abre muy temprano. [Tip: Sólo se venden un máximo de 30 tickets para cada hora y no se pueden reservar. En verano se suelen agotar si hace buen tiempo].

Iglesia de Riddarholmen

Tras salir del Ayuntamiento cambiamos de isla, destino Riddarholmen , una de las isla de la zona de Gamla Stan. Su principal interés es la Riddarholmskyrkan, la Iglesia de Riddarholmen que sirve de sepulcro de los reyes suecos. Sin embargo como a nosotros los reyes suecos no nos llaman tanto la atención como otros (debe ser que en el cole nos hicieron más hincapié con franceses, austríacos y prusianos), nos conformamos con verla por el exterior y echar un vistazo furtivo a su interior (la entrada era de pago y en Estocolmo las cosas no son precisamente baratas, así que había que elegir).
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Cambio de guardia

Nos dirigimos hacia la isla vecina de Stadsholmen, en pleno Gamla Stan, y nos coincidió que iba a empezar el cambio de guardia, así que nos quedamos a verlo. Como dura bastante, al rato ya estábamos aburridos porque la verdad es que no era nada del otro mundo. Intentamos acceder al Palacio Real pero el acceso por esa parte estaba cortado hasta que acabase el cambio, así que optamos por pasar el rato visitando la catedral.
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Catedral de Estocolmo

La Storkyrkan Catedral de Estocolmo es la más antigua de toda la ciudad y la verdad es que para ser una catedral su exterior no llama nada la atención. De hecho, no tenemos ni fotos porque entre la gente del cambio de guardia y las obras que rodeaban los edificios, no pudimos hacerla. Sin embargo el interior es muy diáfano y bonito. Destacan los ladrillos rojos a la vista característicos del gótico báltico, el púlpito y el altar de plata y ébano. Aquí se celebra algunos de las ceremonias más importantes del país sueco, como coronaciones, bodas reales, etc. Se trata de una iglesia luterana. Una de las principales diferencias con la iglesia católica es que no hay culto a los Santos ni a la Virgen María, y sólo hay dos sacramentos: bautizo y comunión.
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Candelabro de siete brazos
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Detalle del púlpito
Pero sin duda la imagen más destacada de toda la iglesia es la estatua de San Jorge y el Dragón, que data del siglo XV y hecha de madera de roble y cuerno de alce.
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La comida, bastante cara en Estocolmo
Por fin se despejó la gente que estaba viendo el cambio de guardia y pudimos entrar en el recinto del Palacio. Paramos primero en el patio para tomar algo, que a esas horas el hambre ya apretaba. Durante el verano tienen un café (más bien parece un food truck) "Summer café" que ofrece diversos platos y sandwiches, así como bebidas y bollos. Te puedes sentar en las mesas allí mismo, y también tienen algunas en el interior por si hace malo, pero nosotros no las vimos y pasamos un poco de frío a la intemperie.

En general comer era caro, los sandwich, por ejemplo, que eran lo más barato, solían superar los 10€. Nosotros cogimos un sandwich cada uno que venía acompañado de un trocito de sandía a modo de postre, sin agua y sin nada más, y pagamos 13€. Y según veríamos los próximos días, los menús del día solían rondar los 20-25€, así que al final siempre recurríamos a tentempiés de tipo bocadillo o algún buffet libre que compensaba la pasta que costaba.

Palacio Real

El Palacio Real de Estocolmo (Sveriges Kungahus) es la residencia oficial de la familia real sueca (aunque realmente residen en el Palacio de Drottningholm y sólo usan éste para ceremonias y actos oficiales). Seguro que os suenan Carlos y Sonia y sus hijos Victoria, Magdalena y Carlos Felipe. El origen fue una fortaleza -la llamada Tre Kronor- construida por Birger Jarl, el que se cree el fundador de la ciudad. Lo bueno de la entrada al Palacio Real es que es válida para 7 días, así que en esta ocasión nos centramos en visitar los Apartamentos Reales que se componen de diferentes salas usadas en las recepciones oficiales o como habitaciones de invitados para visitas de estado.

El acceso es a través de la Sala de Estado, que hasta 1975 era el lugar desde donde el Rey abría el periodo de sesiones del Parlamento. Aquí se encuentra el trono de plata de la reina Kristina.
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Desde allí ya entrabas hacia los Apartamentos de las órdenes de caballería, donde en cuatro salas diferentes salas se exponían las cuatro órdenes de caballería  existentes en Suecia: orden de la espada, orden de vasa, orden de los serafines y orden de la estrella polar. Luego a través de dos grandes escaleras (una en cada ala de palacio) se podía acceder al resto de los apartamentos fastuosamente decorados: apartamentos reales, de estado, de invitados...
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Sala del Apartamento para invitados
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Apartamento de invitados
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Galería de Carlos XI, donde se celebran los banquetes
Nos llamó la atención que una de las zonas de los apartamentos, la utilizada por el actual rey para despachos de estado y otros asuntos, estaba decorada de una forma un poco más moderna que el resto del palacio, casi parecía una cafetería.
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Midsommar en Skansen

A eso de las 14:30 decidimos dejar las visitas culturales y empezar a disfrutar del Midsommar, así que nos acercamos hasta la parada de Ferry que conecta con la isla de Djurgården, para acercarnos a Skansen. Los tickets para el ferry se adquieren en las terminales que se encuentran justo al lado de la parada, y sirve el mismo billete que para el metro. Por supuesto, el ferry venía decorado con ramas y hojas, al más puro estilo Midsommar.
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Desde el ferry pudimos apreciar una vista de lo más bonita hacia Gamla Stan mientras nos alejábamos. Sin título El Midsommar o solsticio de verano es una de las celebraciones más típicas y conocidas de Suecia. Al igual que nuestro San Juan, es de origen pagano, sólo que en vez de encender hogueras (cosa que en un país en el que en esas fecha el sol no se llega a poner no tendría mucho sentido) levantan un palo adornado con hojas y flores alrededor del cual bailan y cantan canciones tradicionales. El palo es un símbolo fálico, ya que es una fiesta a la fertilidad. Se trata de un día festivo que generalmente se hace coincidir en viernes y sábado (la víspera y la propia fiesta) en el que las familias abandonan la ciudad y se van al campo a juntarse, comer, bailar, cantar y beber (especialmente aquavit). Se suele vestir con el traje típico sueco y, sobre todo, adornarse el pelo con una corona de flores u hojas naturales que se suele hacer a mano (aunque también se venden algunas artificiales). De hecho nosotros ya habíamos visto gente con el traje típico por la calle, muchas coronas de flores y muchas embarcaciones engalanadas.

Durante esta celebración las ciudades quedan prácticamente desiertas porque lo normal es celebrarlo en el campo, ya que se trata de una celebración asociada con la naturaleza, así que estando en Estocolmo la mejor opción es acercarse a Skansen, un parque-museo-zoológico al aire libre donde se pueden seguir las celebraciones. El pistoletazo de salida tiene lugar con el alzado del palo o maypole mientras la gente canta y baila a su alrededor. Una vez colocado, hay bailes y cantos a lo largo de todo el día a distintas horas. Cuando nosotros llegamos, ya estaba alzado, pero llegamos a tiempo para escuchar alguna canción. Había hasta una banda ataviada con los trajes típicos que se encargaban de cantar y dirigir los bailes, traduciéndolos también al inglés para que todos pudiésemos participar. Por supuesto no faltaron las típicas canciones Små grodorna (Las ranitas)Tre små gummor (Tres ancianitas) y Vi är musikanter (Somos Músicos), todas muy divertidas.
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El maypole, adornado, listo para empezar el Midsommar
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La banda, que animaba muchísimo
Cuando terminaron los bailes, aprovechamos para conocer un poco Skasen. Se trata del primer museo al aire libre del mundo, abierto a principios del siglo XIX, donde se pueden visitar (tanto por dentro como por fuera) diferentes construcciones típicas suecas como casas, talleres de artesanos y plantaciones que constituían un poblado típico de la época.
Sin título Es un lugar muy típico también para hacer picnics en familia, y se podían ver por todas partes: en el medio de los jardines, entre las rocas, etc.
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También visitamos la parte del zoológico, donde hay algunas especies típicas del país como alces o renos, entre otros.
Sin título Sin título Yo no hacía más que ver a todo el mundo con su corona de flores, y yo también quería una, pero estaba prohibido arrancar las flores de los jardines (y yo soy muy respetuosa con las órdenes). Después me enteré que a primera hora hubo talleres donde te enseñaban a hacerlas, pero yo no los vi en ningún sitio. Por suerte, abandonado en una valla encontramos una corona grande, así que la cogí y la rehice a mi manera y después le fuimos añadiendo flores que encontramos por el camino al lado de un lago (no eran de jardines, conste).
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Como nos empezó a entrar el hambre (tanto patear y el tiempo fresco) estuvimos mirando los diferentes restaurantes y puestos de comida de los alrededores, pero lo que llamó nuestra atención fue un pequeño puesto de algo que tenía pinta de saber fenomenal: kolbulle. Se trata de una tortita gruesa rellena de carne de cerdo y frita. Era la comida común entre las clases obreras como marineros y leñadores, ya que los ingredientes eran baratos y podía durar varios días. Se acompaña de salsa de arándanos y estaba delicioso.
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Después nos acercamos de nuevo al palo, donde volvían a empezar los bailes y los cánticos, y a ellos nos unimos cantando también nosotros las partes que podíamos entender. Sólo había que darle la mano a alguien para poder formar parte del corro e intentar seguir más o menos los pasos que eran muy sencillos y además los iban cantando en inglés. Fue muy divertido. Como colofón final vimos un espectáculo de danzas típicas que también nos encantó.
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Después regresamos al hotel recorriendo Stradvägen, un prestigioso boulevard con casas del siglo XX que es también un paseo marítimo. Se pueden ver los barcos típicos barrigones que servían para transportar la leña.
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Una vez en el hotel cenamos a base de sandwiches que habíamos comprado en el 7/11 que teníamos al lado, y compramos también un helado de rollito de canela (sabor que no venden en España) pero que estaba demasiado dulce.
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