Praga día 5: Malá Strana (Isla Kampa, Museo Kampa y Torres del Puente de Carlos), Nové Město (Casa Danzante) y Vyšehrad (cementerio, fortaleza y basílica)

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Malá Strana

Hoy nos lo íbamos a tomar con más calma. Nos despertamos a las 08:00 y desayunamos muy tranquilamente porque el plan iba a consistir en pasear por el resto de barrios que nos quedaban. No nos podía haber salido mejor, porque amaneció un día precioso y soleado. Comenzamos por la Isla Kampa, que era donde se encontraba nuestro hotel, en Malá Strana. El Muro de John Lennon ya lo habíamos visto, así que empezamos por el parque justo detrás del hotel. Desde allí había unas preciosas vistas del río Moldava y del Puente de Carlos.
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Museo Kampa

Al fondo se divisaba el edificio del Museo Kampa, de arte contemporáneo, que aunque no teníamos pensado visitarlo nos llamó la atención por su patio de esculturas y al final entramos. El edificio era muy chulo y las obras no estaban nada mal. Se puede subir a lo alto del edificio donde hay una pequeña terraza con buenas vistas. El problema es que está a la intemperie y nos habíamos dejado los abrigos en la taquilla, así que sólo aguantamos unos minutos.
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Patio del museo y terraza arriba a la derecha
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Vistas al castillo desde la terraza e intentando no poner cara de frío
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Vistas de Malá Strana
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Vistas del patio
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Escaleras interiores por las que se accede a la terraza
Alrededor del museo, a parte de en el patio, hay más esculturas rodeando el museo que se pueden ver gratuitamente. Aquí vimos otra obra de David Černý "Los bebés"(y ya iban cinco tras Quo Vadis, la Cabeza de Kafka, el Colgado y El Caballo. La lista de obras completas aquí.)
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Justo detrás, en el río, hay otra escultura muy llamativa, se trata de unos pingüinos amarillos hechos con botellas de plástico reciclado.
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Calle Na Kampě

En la calle Na Kampě, que conecta la isla con el Puente de Carlos, encontramos un pequeño mercadillo donde se vendían distintas comidas que tenían una pinta magnífica y olían fenomenal. Nos quedamos con ganas de probarlas, pero todavía acabábamos de desayunar ¡qué pena!.
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Relax de sábado en el mercado de Na Kampě

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Verduras a la parrilla y patatas salteadas con cebolla
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Halušky, en el centro
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La calle más estrecha de Praga

Prácticamente sin querer llegamos a la calle más estrecha de Praga, que en algunos sitios pone que se llama Vinarna Certovka pero yo creo que es el nombre del restaurante contiguo. Otros sitios lo llaman Kozeluzska, en cualquier caso es la calle más estrecha de Praga y está al lado del Museo Kafka, no tiene pérdida. La calle tiene un pequeño pulsador y un semáforo para pasar sin atascarte con nadie, ya que como podéis observar apenas cabe una persona. La calle termina en un restaurante a orillas del río.
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Museo Kafka

Al lado de esta callejuela se encuentra el Museo Kafka. Nosotros sólo nos acercamos a verlo por fuera, no entramos. En su patio había, cómo no, otra escultura de David Černý: Los chorros, dos hombres orinando sobre la República Checa que van girando de un lado a otro. No sólo eso, sino que se puede mandar un texto al sms que está al lado de las estatuas y ellas "escribirán" con el agua el texto. El resto del tiempo "escriben" citas checas famosas. Sería la sexta y última que veríamos de este autor, hay más en otras zonas de la ciudad a las que no nos acercamos. Una pena porque nos habían encantado todas, yo me quedé con ganas de más :)
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Torre del puente

Después nos acercamos hasta el Puente de Carlos y cuando ya estábamos llegando casi al final decidimos que hacía demasiado buen día como para no aprovechar la oportunidad y subir a las torres a cada lado del puente. Así que deshicimos el camino hasta la Torre de Malá Strana y subimos unas empinadas escaleras que conducían al arco que une la torre alta y la torre baja de ese lado.
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Por supuestos las vistas eran impresionantes, y es que en Praga, cómo ya habíamos comprobado, ¡será por miradores!. Pero es tan bonita desde todas partes (y desde las alturas por supuesto), que era imposible no maravillarse una y otra vez desde distintas perspectivas.
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La Iglesia de San Nicolás (centro) y la Catedral de San Vito (derecha)
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Vistas de Staré Město desde Malá Strana
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Vista de la colina de Petrín y la torre (al fondo)
A continuación cruzamos el cada vez más concurrido puente y nos encontramos con una pareja de novios asiáticos que ya habíamos avistado desde la torre, haciéndose fotos de grupo. Otro día también nos habíamos encontrado con otra pareja haciéndose fotos de preboda. Según nos comentaron es muy normal entre los taiwaneses hacer un album preboda y luego exponerlo en la boda para deleite de los invitados.
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Torre de la Ciudad Vieja

Al otro lado del puente también se puede subir a la Torre de Staré Město, con la perspectiva contraria.
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Torre de la ciudad vieja

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Vistas de Malá Strana desde Staré Město
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Plaza de los cruzados (izquierda) y calle Karlova (derecha)
Desde allí también nos quedó clarísimo por qué uno de los sobrenombres de Praga es la ciudad de las cien torres, y es que era lo que desde allí se divisaba, una sucesión de torres tras otra.
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Comida en U Fleků

Aprovechamos para acercarnos al típico restaurante que recomiendan en todas partes, el Restaurante U Fleků (mi crítica en Tripadvisor aquí). Según entras te sientan en unas mesas alargadas y antes de que te des cuenta te ponen una jarra de cerveza negra en la mesa por persona. Nos faltó tiempo para decirles que sólo queríamos una, ni de broma íbamos a tomarnos una jarra de medio litro cada uno, ¡si ni siquiera bebemos cerveza!, era sólo por probarla. La cerveza era más barata que el agua y más suave que la rubia que habíamos tomado hacía dos días. También nos convencieron para probar los chupitos y aceptamos tontamente pensando que nos invitaban (como en Galicia) pero no, nos los cobraron y bien cobrados, fueron una de las cosas más caras (a 3€ el chupito, un timo). De comer, comida checa, y en un papelito iban anotando lo que ibas pidiendo y consumiendo de manera indescifrable para nosotros. Mientras comíamos un acordeonista amenizaba la velada y las cervezas no paraban de pasar por si alguien quería repetir. Lo malo que estaba a reventar de turistas y había muchísimo ruido, lo bueno que son rápidos sirviendo y cobran con tarjeta. Para ser un sitio tan turístico los precios son aceptables.
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Cerveza negra y chupitos. Juro que yo normalmente no bebo.
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Cerdo asado con dumplins de patata y pan
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Codillo asado con encurtidos y salsa de rábano picante (y Mr. Knook con cara de circunstancias, porque no le gustan los encurtidos ni el rábano picante...)
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Ciudad nueva

Tras la comida nos volvimos a acercar a al orilla del río. Habíamos seguido su curso desde el Puente de Carlos hasta Nové Město, la Ciudad Nueva. Cerca del restaurante nos topamos con varias esculturas colgando de un paraguas.
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Plaza de Carlos y primera defenestración

Justo al lado se encuentra la Plaza de Carlos, en el que destaca el Ayuntamiento de la Ciudad Nueva y el parque colindante. En el ayuntamiento fue donde tuvo lugar la primera defenestración, en la que husitas radicales (seguidores de la nueva reforma cristiana bohemia) tiraron por la ventana a 7 miembros del concejo.
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Casa Danzante

La Casa Danzante se encuentra a orillas del Moldava, y es un edificio diseñado por Frank Ghery que recuerda enormemente a una pareja de baile. El propio Ghery se refería a él al principio como Fred y Ginger en referencia a la icónica pareja de actores bailarines. La construcción de un edificio tan moderno fue muy controvertida en su momento, ya que para los locales desentonaba con el resto de los edificios de corte más señorial. En lo alto del edificio hay una bar restaurante con terraza.
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Paseo por la ribera del Moldava

Desde la Casa Danzante continuamos pegados al río, pero por abajo, en un paseo muy agradable que recorre la orilla del Moldava. Barcos, puestecillos de comida y sobre todo familias locales y no tanto turista, era el mayor encanto de esta zona.
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Vyšehrad

Terminado el paseo por la orilla se llega a Vyšehrad. Originalmente Praga se componía de 5 ciudades diferentes: La ciudad viejaStaré Město, la ciudad pequeña o Malá Strana, el distrito del castilloHradčany, el barrio judío Josefov y finalmente Vyšehrad, el castillo en las alturas. Según se dice, Vyšehrad fue el segundo asentamiento de los soberanos praguenses después del Castillo de Praga y se trataba de una fortaleza ubicada en lo alto de la colina. Desde la ribera del río hay que subir la colina para acceder a este distrito.
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Cementerio de Vyšehrad

Nuestra primera visita fue el Cementerio de Vyšehrad, donde yacen algunos de los artistas checos más importantes. La entrada es gratuita y hay un mapa explicativo de las personalidades enterradas y su ubicación. Nosotros decidimos visitar las que más nos sonaban: el escritor Jan Neruda, los compositores Smetana y Dvorak y el pintor Alfons Mucha.
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Panel informativo con los nombres de algunas de las personalidades enterradas en este cementerio
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Correspondencia de las tumbas con los números del panel
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Tumba del escritor Jan Neruda
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Tumba del compositor Smetana
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Panteón nacional, donde está enterrado, entre otros, Mucha.
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Tumba de Mucha
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Tumba de Dvorak

En el cementerio había de todo, tumbas más normales y otras mucho más pomposas, especialmente las que se encontraban en la galería que rodeaba el cementerio:
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Basílica de San Pedro y San Pablo

La Basílica de San Pedro y San Pablo es una basílica menor fundada en el siglo XI en estilo románico y actualmente reconstruida en estilo gótico tras un fuego. Se encuentra al lado del cementerio y su interior es bastante impresionante. Está enteramente cubierta de pinturas, por lo que nos recordó mucho a las iglesias rusas que habíamos visto en Moscú y San Petersburgo, y alguna de sus pinturas son de estilo art nouveau, inspiradas en Alfons Mucha.
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El exterior de la basílica desde el cementerio
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Vista del altar
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Detalle de la decoración interior
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Vidrieras modernistas
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Fresco de Santa Clara imitando el estilo de Mucha
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Fortaleza de Vyšehrad

Tras visitar la iglesia dimos un paseo por la Fortaleza de Vyšehrad. Este recinto amurallado acoge diferentes edificios y restos del castillo que dominaba la orilla derecha del Moldaba. Desde esta parte se podía divisar la zona más nueva y moderna de Praga. Nos pasamos un buen rato admirando las vistas desde lo alto de la colina, paseando por la fortaleza y haciendo fotos. Sin duda un lugar muy tranquilo para pasar un sábado muy relajado y menos turístico que otros sitios.
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Parque en el interior de la fortaleza con la Casa del Burgrave al fondo.
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El Praga más moderno
En una de las esquinas de la muralla se encuentra la Galería de Vyšehrad, que se cree que en sus tiempo era una caseta de guardias o parte del palacio. Hoy en día es una sala de exposiciones.
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Galería de Vyšehrad, la pequeña casita blanca.
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Vista del Moldava
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Vista de la muralla que rodea la fortaleza
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Vistas desde uno de los miradores
Abandonamos Vyšehrad por la Puerta de Ladrillos, que actualmente sirve como centro de información y de entrada a las casamatas defensivas de la fortaleza. Un tour guiado permite visitar los pasadizos subterráneos por el que se movían las tropas para defender la fortaleza. Para cuando nosotros pasamos ya era la hora de cierre, así que no vimos nada de nada, sólo la propia puerta.
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Después volvimos caminando de nuevo por la orilla del Moldava hasta Nové Město y paramos en un café a merendar (Chocofee: mi crítica en Tripadvisor aquí).
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Limonada de frambuesas, té de jengibre, chocolate con nata y cañas de merengue.
También nos acercamos a un centro comercial donde estuvimos curioseando algunas tiendas (ya que allí es todo mucho más barato) y algún super a ver si encontrábamos algo de cenar. La sección de salchichas y encurtidos era impresionante.
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Distintas variedades de salchicas
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Encurtidos varios

También nos encontramos tiendas que vendían los accesorios necesarios para elaborar el Trdelník, y la pasta congelada se vendía en los supermercados.
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Después de un día de lo más agradable, volvimos al hotel paseando y cenamos allí mientras nos relajábamos un rato. Nos quedaba tan sólo un día en la ciudad, que dedicaríamos a ver la Colina de Petrin.

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