Paris Día 5: Parc de la Villete & Cité

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Vistas desde el Sacre Coeur

Nuestra idea era ir Versalles, pero como era festivo, hacer un viaje en tren y luego descubrir que estaba cerrado no nos hacía gracia (ay, esos inicios en que no llevábamos nada preparado, ni las fechas de apertura de los sitios, ni había smartphones para consultar en cualquier momento ¡qué tiempos!). En la guía que teníamos ponía que cerraba, aunque luego descubrimos que no fue así. En cualquier caso nos quedamos con esa idea de que estaba cerrado y decidimos ir a la Ciudad de las Ciencias en el Parc de la Villeteque nos había recomendado mi madre. Como no abría hasta las 10, decidimos hacer tiempo visitando la Basílica del Sacre Coeur de nuevo. Esta vez subimos a lo alto de la cúpula, ya que la otra vez llovía a cántaros y no teníamos muchas ganas. Las vistas eran muy bonitas, pena que el día estaba un poco gris y el interior de la cúpula estaba ennegrecido y lleno de pintadas.
Sacre Coeur
Vistas desde la cúpula del Sacre Coeur
Sacre Coeur
Lo más interesante, a parte de las vistas fue al ascensión, ya que la primera parte se hace a través de la típica escalera de caracol, pero después sales al aire libre y vas subiendo por el tejado a través de unas estrechísimas y blanquísimas escaleras.
Sacre Coeur Sacre Coeur

La ciudad de las Ciencias y la Géode

Después fuimos a la Cité, la Ciudad de las Ciencias y la Industria. Realmente fue una mala idea ir ese día, ya que al ser festivo estaba llenos de gente, niños con sus padres mayormente. Como había tanta gente, los pases para la famosa Géode (un cine con forma esférica donde proyectan películas formato IMAX) estaban agotados hasta las cuatro de la tarde. Cogimos un pase para las cuatro (ya que estábamos allí...) y mientras esperábamos (aún eran las 11) pensamos que podíamos ver el museo. Eso fue lo que hicimos pero salimos muy decepcionados, era imposible interactuar con ninguno de los montajes que había porque todos y cada uno estaban ocupados. Y por supuesto, las explicaciones estaban sólo en francés. Así que vista la experiencia frustrante nos fuimos a pasear por el parque donde había un submarino que se podía visitar. Ya hasta estábamos emocionados por poder montar en un submarino. Pero resulta que cuando fuimos a pagar la entrada, que valía 3 euros, sólo se podía hacer en una máquina que sólo admitía VISA con chip (y las nuestras y las de casi todos los españoles por aquel entonces eran de banda magnética). Al final no pudimos entrar a ver el maldito submarino a pesar de que tenía dinero suelto (porque no cobraban en metálico) y tenía Visa (porque no tenía chip). ¿Qué clase de negocio absurdo era ese? ¡¡¡¡¡Me cabreo cada vez que lo pienso!!!!!  
Parc de la Villete
Posando con el maldito submarino, sonrientes, antes de saber que no podríamos visitarlo.
Por fin dieron las cuatro, hora de ir a ver la película en la Géode. Por desgracia sería otra visita decepcionante. La (mini) película era en francés, y si lo querías oír en inglés había que pedir unos auriculares en taquilla y dejar tu carnet o pasaporte en prenda, que fue lo que hicimos. Luego el vídeo que nos tocó era del mundo marino, nada interesante la verdad, y tampoco tenía mucho que oír así que podíamos haber prescindido de los auriculares. Salimos de allí bastante frustrados porque habíamos perdido allí un día entero y no nos había gustado nada. Podría haber ido a hacer otra cosa mejor. Después, entre que volvimos al hotel y que anochecía muy pronto, ya no teníamos ganas de nada más, así que fuimos al dormir con la sensación de haber perdido el día horriblemente.
La Geóde
Posando en la Géode, con altas expectativas que después se truncaron.

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